el truco para ejercer fuera toca a fin
Imagen de una elección de plazas MIR en formato presencial en el Ministerio de Sanidad.
Ante esta problemática, la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo y la Comisión Nacional de la Especialidad valoran dos posibles escenarios. Por un lado, eliminar la titulación. Por el otro, convertir el título superior en un certificado que únicamente verifique que se ha realizado una formación puramente teórica que forma parte del programa MIR. Así lo confirman fuentes de la profesión a Redacción Médica, que aseguran que un importante número de miembros de la Comisión Nacional desconocía esta realidad.
“Al ser un título superior de Medicina del Trabajo se está tomando como una formación que habilita al profesional para ejercer como especialista”, lamentan estas fuentes, que afirman que el centro especializado, en el marco del Instituto de Salud Carlos III, dará una respuesta a la profesión “después de Navidades”.
Será entonces cuando se determinará el futuro de esta titulación, que se ha convertido en una herramienta para bloquear plazas MIR y que, además, supone un duro golpe para sostenibilidad del sistema sanitario. Por un lado, estos residentes toman posesión de una plaza que no puede ser escogida por otro aspirante. Por el otro, después de recibir esta escueta formación, no ejercerán en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Asimismo, cabe recordar que, en estos momentos, la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo únicamente se alimenta de la formación de médicos de Medicina Preventiva y Salud Pública y Medicina del Trabajo, por lo que la profesión aboga por la prudencia.
Médicos extracomunitarios se ‘dejan’ 4 años sin cursar
Como justificante de la alarmante tasa de abandono que presenta Medicina del Trabajo, la Sociedad Española de Medicina y Seguridad del Trabajo (Semst) explicó a este periódico que la especialidad era elegida por un importante volumen de MIR extracomunitarios a los que se les permite ejercer como médicos de Trabajo en su país de origen, tras haber realizado únicamente esta formación obligatoria de ocho meses.
Siguiendo el calendario habitual, el programa de Medicina de Familia comienza en el mes de mayo, con una formación hospitalaria y de Urgencias que se prolonga hasta septiembre. A continuación, los MIR se instalan en Madrid para acudir a la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, donde reciben una formación teórica obligatoria hasta abril del año siguiente.
“Muchos de los médicos que eligen la especialidad son extracomunitarios. Después de pasar por la Escuela Nacional de Medicina del Trabajo, pueden ejercer en sus países sin necesidad de completar la formación MIR de cuatro años”, expresaban desde la Sociedad. Pasados estos ocho meses de clases teóricas, el médico residente obtiene el título superior que le habilita a desarrollar su actividad en el campo de Medicina de Familia, «especialmente en países de América Latina». Y es que, según cálculos del Centro de Estudios del Sindicato Médico de Granada (SMA), casi tres de cada 10 residentes de Medicina del Trabajo dejarán la especialidad antes de terminarla.
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