qué se hace durante la residencia


Nuria Tur, coordinadora de la Unidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Clínico San Carlos y la residente Marta Díaz.

A finales de mayo todos los nuevos MIR se estrenaron en los distintos hospitales para formarse como especialistas. Una fase que comenzaba de una manera especial para la recién llegada a Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia. Ser de los primeros en formarse en una especialidad es un proceso novedoso y lleno de retos por descubrir, tanto para los MIR que la empiezan a practicar como para los adjuntos que les acompañan en su proceso formativo, quienes aseguran que esta especialidad «ha saldado una deuda con la salud mental en los niños y adolescentes«.

Para Marta Díaz, R1 de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, el hecho de que justo en su año creasen esta especialidad supuso una «motivación» para empezar ese camino y, tres meses después, ya reconoce que no se ve en otro sitio. «El inicio de esta especialidad en el Hospital Clínico San Carlos ha sido intenso. He empezado en consultas, concretamente en el Centro de Salud Mental de Chamberí y estoy muy contenta. Las mañanas se me pasan volando, llegas como un libro en blanco precisamente porque los conocimientos que adquieres en la carrera sobre Psiquiatría son muy básicos, por no hablar de la parte de niños y adolescentes que es sumamente compleja» ha explicado a Redacción Médica acerca de sus primeros días como residente de esta especialidad.

De hecho, valora como «positivo» arrancar su formación de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia en un centro de salud porque es el «esqueleto de todo lo demás». «Realmente siento mucha admiración y respeto y creo que no podría estar en mejor lugar para empezar mi formación. Estaré ahí hasta noviembre y pasaré unos meses en Neuropediatría, Digestivo y Endocrinología Pediátrica para luego volver al centro de salud, esta vez a consultas de Psiquiatría de adultos», detalla.


«El balance de las guardias de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia es positivo pero duro en ocasiones, porque ves situaciones muy difíciles»



Primeras guardias de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia

Otra de las barreras que los residentes de esta especialidad deben saltar por primera vez es la de las primeras guardias en Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia. Marta insiste que, durante estos primeros meses, ha realizado tres guardias, tanto de la especialidad como de urgencias generales y algunas han sido «más duras que otras», pero siempre las ha afrontado en compañía.

«Todos mis compañeros son superdocentes y se preocupan por que aprendas, entienden que de momento es pronto y no estamos capacitados aún para tomar muchas decisiones, así que en ese sentido está siendo progresivo y he estado cómoda en todo momento. Es verdad que en las urgencias hay más volumen de pacientes adultos que de niños o adolescentes, así que mi primer contacto con la Psiquiatría de adultos está siendo distinto. A veces es duro porque psicológicamente puede ser intenso y se pueden dar situaciones muy difíciles, pero el balance sigue siendo positivo», recalca.


¿Cómo se estructura la nueva especialidad desde dentro?

La Unidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia del Hospital Clínico San Carlos ha crecido «de forma significativa» en los últimos años. Así lo apunta Nuria Tur, coordinadora de la misma. «Estábamos en un muy buen punto de partida para poder acreditarnos como formadores de la nueva especialidad. De hecho, el Instituto de Psiquiatría y Salud Mental cuenta con excelentes dispositivos para dar asistencia a los problemas de salud mental de la población de 0 a 100 años, y estábamos muy preparados para afrontar la llegada de los nuevos planes formativos de las especialidades de Psiquiatría y de Psiquiatría de la Infancia y la Adolescencia», apunta.

En cuanto a su organización, este programa cuenta con dos años troncales compartidos con Psiquiatría y después se separan en programas específicos. Primero, se aproximan a la salud mental en los dispositivos de atención ambulatoria, además de una formación en Pediatría. Después, la enseñanza se ampliará en dispositivos de hospitalización, interconsulta, Psiquiatría perinatal o programas y unidades específicas para los trastornos de salud mental.

«Además, las rotaciones se complementan con un programa docente completo dirigido específicamente a residentes, que incluye una amplia formación en los diversos trastornos mentales, psicopatología, psicofarmacología, técnicas psicoterapéuticas y sesiones de revisión bibliográficas. También reciben formación en la atención a la patología urgente y realizan en torno a cuatro guardias al mes junto con un residente mayor y siempre supervisadas por un facultativo adjunto al Servicio», apostilla.


«Preparar profesionales de forma específica para atender estas necesidad era muy necesario y va a redundar en beneficio de los menores y sus familias»



La importancia de diferenciar a niños y adolescentes

Esta especialidad, concreta Nuria, «salda una deuda de larga data» con los niños y adolescentes que necesitan atención en salud mental. Aporta una formación específica reglada, con elevados estándares de calidad, que incluye aspectos tan importantes como la prevención, la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos de salud mental específicos que afectan a este rango etario. «Los niños y adolescentes tienen necesidades de atención diferenciadas, así que es preciso considerar el proceso evolutivo en cada una de las etapas de la infancia y la adolescencia. El contexto en el que el individuo crece, el proceso educativo o el medio familiar y social se tendrán en cuenta a la hora de valorar los casos y planificar las intervenciones. Incluso el manejo de aspectos legales es diferente en niños y adolescentes. Preparar a profesionales de forma específica para atender estas necesidades, sin duda, era muy necesario y va a redundar en beneficio de los menores y sus familias«, afirma.

De estos tres primeros meses, la adjunta destaca como positivo el poder formar especialistas en un campo diferenciado que antes se contemplaba sólo de forma parcial. Y en cuanto a posibles mejoras con el tiempo, concluye que la reorganización de la atención a las urgencias psiquiátricas pediátricas es un aspecto que va a tener que revisarse «a medio plazo». «También la aparición de la especialidad de Psicología Clínica de la Infancia y la Adolescencia es deseable de cara al futuro», concluye.

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qué se hace durante la residencia publicado originalmente en www.redaccionmedica.com