
Desafíos de médicos residentes en la pandemia: soledad, agotamiento y falta de recursos.
Durante la pandemia de Covid-19, los residentes de medicina enfrentaron situaciones extremas, como la falta de equipos de protección y el aislamiento emocional, especialmente en áreas rurales. La doctora María Escori relató una guardia desgarradora en la que perdió a un paciente y enfrentó la soledad y el agotamiento. Este testimonio refleja las experiencias de muchos médicos que, en medio de la crisis, trabajaron sin recursos adecuados y sintieron el abandono institucional. Ser residente en estos tiempos significa no solo aprender, sino también afrontar desafíos emocionales y laborales que marcan la profesión para siempre. ¡Únete a esta noble causa y prepárate para hacer la diferencia!
Médicos con EPIs durante una guardia.
En este contexto, la médica de familia María Escori compartió recientemente en la red social X una conmovedora anécdota de su experiencia como residente, vivida hace cinco años. Relata que durante «una guardia horrible» en un gran hospital, perdió a su paciente, no pudo cenar y se sintió completamente sola:
Una médica residente tuvo, hoy hace 5 años, una guardia horrible en un gran hospital. Ha muerto su paciente, no ha cenado, no dormirá.
Hoy, es la única médica en la noche de varios pueblos. La guardia es más tranquila pero más solitaria. Aquel día parece tan solo un mal sueño.— María Escori (@MissDisparates) August 4, 2025
Este mensaje ilustra una experiencia traumática: la combinación de sobrecarga laboral, falta de apoyo y profundo agotamiento emocional, tal como lo describe Escori al ser la única «médica en la noche para varios pueblos». En ese crítico momento de la pandemia, muchos residentes fueron reasignados a urgencias o equipos Covid, lo que interrumpió sus rotaciones formativas.
Esta sobrecarga asistencial se intensificó en entornos rurales, donde los médicos de familia a menudo trabajaron en soledad, improvisando con recursos limitados para atender a los pacientes, y enfrentándose al miedo y rechazo social relacionados con el contagio.
Ecos del relato: empatía entre compañeros
Muchos médicos residentes y profesionales de atención primaria resonaron con la experiencia de Escori, compartiendo relatos similares de agotadoras guardias, noches sin descanso y la sensación de abandono por parte de las instituciones. Estas reacciones demuestran que lo vivido por Escori no es un caso aislado, sino una representación de un colectivo profesional profundamente afectado por la crisis sanitaria.
Además, los médicos rurales de familia fueron uno de los grupos más invisibilizados durante la gestión de la pandemia. La Atención Primaria, especialmente en áreas despobladas, experimentó una transformación drástica: se priorizó la atención telemática, se suspendieron las agendas, casi se eliminaron las visitas domiciliarias y se careció de formación específica en teleconsulta.
El testimonio de Escori sirve como advertencia sobre lo que implica ser residente en tiempos de emergencia sanitaria, particularmente en el contexto rural: la soledad en el trabajo, ser parte de un sistema en crisis y enfrentarse a la muerte sin el acompañamiento necesario.
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