Cómo afrontar los simulacros MIR

Una de las partes más importantes de la preparación MIR son los simulacros. Es posible que en algún momento del estudio todos los consejos que te van dando sobre cómo hacer los simulacros te parezcan excesivos y que te insisten mucho en ello, pero la realidad es que esos consejos son muy útiles.

Es importante tomarse enserio todos esos consejos y emplearlos desde el primer simulacro, ya que te va a ayudar muchísimo en tu preparación, haciendo que cojas un hábito y sigas el mismo patrón al hacerlos. Aunque no lo creas, si le das esta importancia, el día del MIR sentirás que estás haciendo un simulacro más y estarás bastante menos nervioso.

Se deben hacer todos los simulacros el día que marca la academia en el calendario. Si alguna vez no puedes no pasa nada, pero debes intentar cumplir con esos días, porque sino se te acumulará la realización de los simulacros con las correcciones de los mismos.

A la hora de hacer el simulacro, procura hacerlo lo más real posible, es decir, intenta pensar que es el examen definitivo y prepara todo para hacerlo sin distracciones y sin tener que perder tiempo en otras cosas.
Lo que nunca se te puede olvidar es:

  • Bolígrafos: Ten siempre en la mesa dos o tres, así evitarás tener que levantarte a buscar otro si el que estás utilizando deja de funcionar.
  • Comida y bebida: Chocolate, galletas, barritas, agua, zumo… lo que más te apetezca y veas que te sienta bien tomarlo mientras haces el simulacro. Solo debes tener en cuenta que sean cosas que no hagan ruido al tomarlas y que no manchen, ya que el día del MIR habrá cosas que no os dejen tener porque pueden molestar al resto al tomarlas y al hacerte cambiar el hábito en ese momento puede generarte algo de ansiedad.
  • Ropa: Ponte siempre ropa cómoda para hacer los simulacros y que te permita mantener una buena temperatura que no te impida concentrarte.
  • Reloj: Lleva puesto uno en la muñeca o ponlo sobre la mesa, así podrás controlar bien el tiempo.
  • Móvil: Siempre debes tenerlo apagado a la hora de hacer los simulacros. Evitarás distracciones si suena o si intentar mirarlo y te acostumbrarás para el día del MIR, que es importantísimo que esté apagado.

Cuando estés haciendo los simulacros, aprovecha para acostumbrarte a todo tipo de ruidos, a los cambios de temperatura y, en general, a concentrarte ante cualquier tipo de estímulo externo que en un principio pueda molestarte. Esto es importante ya que no sabes dónde puede tocarte hacer el MIR (debajo del aire acondicionado o al lado de alguien que va al baño cada 15 preguntas), por lo que es bueno hacer los simulacros con diferentes estímulos para entrenarte.

Otra de las cosas a las que hay que darle mucha importancia es a la técnica de examen que utilices y, cuando la tengas definida, usar siempre la misma. Los primeros simulacros siempre son para probar varias técnicas y encontrar la más idónea para cada uno. Por ejemplo, hay personas que prefieren empezar desde la primera pregunta y otras prefieren empezar por la primera pregunta sin imagen, pero lo importante es que cuando encuentres tu técnica la sigas hasta el último día.

Independientemente de la técnica que utilices, hay dos cosas que siempre tienes que hacer:

  • Comprobar que el examen tiene todas las páginas bien impresas y todas las imágenes, ya que si hay algún error tienes que avisarlo y te darán otro examen.
  • Firmar la plantilla de respuestas antes de empezar, de esta forma evitas que se te olvide hacerlo al acabar y entregar el examen y te aseguras de que el examen es válido.

Además, algo que también debes hacer al terminar el examen es repasar la plantilla. Esto es porque, aunque no lo creas, se pueden cometer muchos fallos tontos e incluso colocar mal las respuestas.

Después de hacer los simulacros viene ver los resultados. No debes preocuparte de los primeros simulacros, ya que no son orientativos hasta que se empiece el estudio de verdad. En este sentido lo más relevante es tener clara la técnica de examen que vas a utilizar, llevar un buen control del tiempo, pensar bien todas las preguntas (hayas o no estudiado las asignaturas) y arriesgarte, es decir, intentar no dejar preguntas en blanco o dejar las menos posibles. Puedes pensar que eso es demasiado, sobre todo al inicio cuando no has estudiado casi nada y vas a tener muchísimos fallos, pero la realidad es que cuando más aprendes es cuando fallas ya que al ver dónde te has equivocado el “concepto” se te queda mejor.

Por último, debes saber que habrá simulacros que te salgan mejor y otros peor, pero eso no debe desanimarte porque si un simulacro es más difícil lo normal es que saques menos netas. No te agobies con los cambios de posición, las comparaciones con otras personas o con los percentiles, simplemente son datos que se utilizan para evaluar pero que no son en absoluto fiables. En lo que de verdad tienes que centrarte es en tu evolución y en mejorar poco a poco estudiando las asignaturas que te van pautando.