Así se gestó la Gala de Navidad


Habíamos conseguido cuadrar todo para acabar el estudio el 19 de diciembre. Quedaban tres días para programar algo especial antes de las vacaciones. Era una gran oportunidad para sorprenderos.

Primero tuvimos la idea del macroconcierto. El de primera vuelta había sido un éxito y nos parecía bien volver a “recoger conceptos y echarles un vistazo rápido”. Avanzar mucho en muy poco tiempo y facilitar la transversalidad. Pero, al proponerlo a los profesores, Felipe planteó un inconveniente: “Fernando, yo tengo miedo de aburrir a los alumnos contando siempre lo mismo; tú eres cardiólogo, ¿por qué no lo hacemos juntos?”. Por supuesto, me entusiasmó la idea (aclaración: no soy cardiólogo, solo soy “car” porque hice dos años de residencia) y no lo dudé: Adelante.  Mi error (acierto, más bien) fue no prever que los demás profesores iban a reaccionar con un “yo también quiero”. Y así se generó mi omnipresencia en estas clases. Solo falté a una: Alejandro García, el coordinador de Hematología, venía de Barcelona y su única fecha posible era el fin de semana que yo estaba en Granada. Una suerte porque así contamos con la participación de Cristina Sánchez. Si la triada de la rodilla se llama “desgraciada”, la triada que reúne Cris se podría denominar “maravillosa”: tiene talento para regalar, un enorme corazón y una incansable capacidad de trabajo.

El resultado global: un privilegio para mí, unos momentos divertidos e inolvidables con profesores a los que admiro profundamente y, creo, un material valiosísimo para vuestra progresión. Eso al menos nos habéis transmitido y os damos las gracias por esa acogida.

El miércoles por la mañana habíamos programado una evaluación de nivel. Si los simulacros hacen dudar del rendimiento del día a día, estas pruebas sirven para comprobar que, efectivamente, habéis evolucionado a pasos de gigante en este último año. Controláis todo lo básico de la Medicina y eso, por sí solo, ya merecería todos los esfuerzos realizados. Pero, ¿qué hacíamos por la tarde? La primera idea fue pedir a Jorge Gª Macarrón un vídeo especial de corrección, pero la labor de Jorge se multiplica cuando hay simulacros semanales y no queríamos interrumpirle.

En una reunión con Sandra León, la directora de Multimedia, le propuse hacer algo similar al macroconcierto (todas las ideas locas que se me ocurren tienen que pasar por Sandra, ella siempre dice que sí y con su magnífico equipo esas ideas “ven la luz”), pero Sandra me conoce ya muy bien después de dos años aguantándome y me dijo: “Fernando, ese día es 23 de diciembre: ¿En serio vas a hacer una clase formal? ¡Te mueres por hacer una gala tipo Raphael!”. Dicho y hecho.

Tras consultarlo con Pilar (que, igualmente, siempre apoya todas mis ideas) le di forma al vídeo que quería. El comentario de las preguntas era la “excusa formal”, pero también tenía que ser “especial”. Vestidos de gala y sentados a una mesa navideña. Por agendas y por cumplir las normas sanitarios, sólo grababa un profe a la vez, pero Multimedia hizo magia “para sentarlos por parejas”. Eso sí, una mañana fui a Mango a comprar tres esmoquin de diferentes tallas; de las pajaritas se encargaron Sandra y Amazon.

Pero la razón principal de la Gala era meter a todo CTO en vuestra casa, haceros llegar el inmenso cariño que realmente os tiene todo el equipazo y que vierais cuánta gente dedica su día a día a que consigas tu objetivo. Nadie dudó en participar, todos se entusiasmaron con la idea, desde los magníficos presentadores a los coordinadores, el gran Macarrón, el equipo de Multimedia y todos los directores de departamento, con Pilar a la cabeza. Pienso que lo hemos sabido transmitir, ése era nuestro sueño.

Por supuesto, surgieron mil anécdotas y otras tantas tomas falsas, prueba patognomónica del buen ambiente que se respiró en las grabaciones. Pilar se emocionó en su discurso, Felipe e Inés estaban pletóricos, había profesores con miles de “horas de vuelo” que sentían la presión de la cámara y la farándula…. Pero, para terminar, os resumo una anécdota que os hará entender una parte del proceso creativo. La tarde del día 21, Mónica nos dice que hay un problema con la grabación de la tercera pregunta de Endocrino: no la tenemos. No había tiempo para hacer venir otra vez a Elena. ¿Qué hacemos? Y Mónica dio un paso adelante: ¿Me dais permiso para pedirle el audio a Elena y salir yo haciendo una parodia de solución de problemas técnicos? Por supuesto que sí. Y ese problema técnico se convirtió en un momento especial de la Gala.

En definitiva, una experiencia maravillosa que ha merecido la pena para todos los que formamos CTO. Tanto a este lado de la pantalla como, esperemos, de vuestro lado. Juntos formamos una gran familia y nos teníamos que reunir en Navidad.

Gracias a todos. Feliz 2021.

(c) Fernando De Teresa



Artículo publicado originalmente en grupocto.es