Berta Domínguez, la médica con tetraplejia, logra su plaza MIR

Berta Domínguez ya tiene su plaza MIR. Después de meses luchando para que su derecho a formarse como médica interna residente (MIR) se hiciera realidad, la facultativa discriminada por su tetraplejia ha comenzado a formarse en el Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Rey Juan Carlos (Madrid), donde le han dado una calurosa acogida desde el primer día. «Me sentí mucho más atendida y de forma más profesional. Me ven como una persona que necesita una serie de adaptaciones, no solo como a una persona discapacitada», subraya la joven, que pese a haber conseguido acceder a su residencia, todavía tiene una sensación agridulce por las ‘lagunas’ respecto a su formación y la carrera de obstáculos que ha tenido que superar: «Queda muchísimo por hacer y por pelear». 

Domínguez, que en 2017 sufrió un accidente que la dejó tetrapléjica, se presentó y aprobó el examen MIR de la última convocatoria. Sin embargo, la médica no pudo acceder a su plaza en Medicina de Familia al ser declarada ‘no apta’ tras su evaluación sanitaria, tal y como adelantó Redacción Médica el pasado 31 de mayo. Desde ese momento, la facultativa ha removido cielo y tierra para poder ejercer la profesión con la que ha soñado desde niña. Y por fin lo ha conseguido al conseguir una plaza para hacer el MIR de Preventiva.

Cuando Berta acudió al examen de Salud Laboral del hospital Rey Juan Carlos, se encontró a «todo el mundo pendiente de todo», un hecho que debería ser habitual pero que, dada su mala experiencia previa, le sorprendió. «Me habían dejado una plaza en el párking para que entrara directamente a los ascensores. Cuando subí, estaba todo el equipo de Salud Laboral esperándome para ver cómo se podía adaptar la plaza: me hicieron mil preguntas, me midieron la silla, me preguntaron por mis necesidades…lo estudiaron todo al milímetro para ver qué podía necesitar», recuerda entusiasmada la facultativa, sorprendida por el recibimiento. «Me decían que su trabajo era buscar todas las adaptaciones posibles«, subraya la médica, haciendo hincapié en el formalismo con el que la trataron en el hospital, donde le presentaron al resto de compañeros y le enseñaron las instalaciones en esa toma de contacto. 

Berta Domínguez hace el MIR de Preventiva

Tras esa primera visita, Berta Domínguez reconoce haber pasado unos días «inquieta» esperando la respuesta definitiva del hospital, donde ha empezado a formarse en una especialidad que «no conocía nada» pero que le está resultando «muy interesante». «Preventiva es la punta de la pirámide de la Medicina. No sabía yo hasta qué punto se está pendiente de, por ejemplo, las infecciones en el hospital», relata la MIR, que se está adaptando a toda la parte informática que engloba la especialidad, «un mundo nuevo de la Medicina». «El Servicio es muy bueno y eso ayuda a que te guste lo que haces», destaca la médica, que se presentó al examen con la intención de especializarse en Psiquiatría, tras haber barajado anteriormente Cirugía. 

La residencia en Preventiva, tal y como relata Domínguez, también tiene sus particularidades. Durante el primer año hay que realizar un máster, el segundo se recibe formación en el hospital y, en el tercer y cuarto año, se trabaja en localizaciones de Salud Pública, como pueden ser los centros de vacunación. En este contexto, la médica está haciendo frente a un nuevo ‘revés’ en su formación, y es que el sitio donde se hace el máster en Madrid está en obras y no se puede adaptar; por lo que la alternativa es hacer el máster online desde la Facultad de Valencia, algo a lo que Sanidad se opone, según la MIR, que está esperando una resolución a este contratiempo mientras se forma en el hospital.

Además, el cambio de planes le ha hecho interrumpir su rehabilitación, pues el horario laboral y el tiempo que pierde en los desplazamientos le dejan poco margen para acudir al centro. «La rutina se me está haciendo complicada porque paso muchas horas en la silla, se me hinchan mucho los pies y he tenido varias bajadas de tensión en el hospital. Pero se han solucionado bien porque tengo unos compañeros espectaculares en el Servicio, me lo están haciendo todo superfácil y me han hecho las adaptaciones que necesitaba», destaca Berta, que tiene una mesa regulable en altura o facilidades tecnológicas para poder realizar su trabajo. 

Resaca emocional por el periplo hasta lograr la plaza MIR

Pese a haber logrado su plaza y sentirse «realizada como persona» por ello, a Berta Domínguez le están pasando factura los meses de sinsabores hasta conseguirla. En su memoria está la negativa de Sanidad a su petición de mantener una entrevista en persona. «Me dijeron que el ministerio no se reúne con nadie, que conmigo no podían hacer una excepción, que no podían tratar con favoritismos mi caso y que si tenía cualquier duda, estaban ahí para resolvérmela», recuerda la médica, que se vio sorprendida un par de días más tarde por unas declaraciones del propio ministro, José Miñones: «Hablaba de mi caso particularmente, diciendo que todos los derechos de los discapacitados estaban garantizados. Yo no entendía cómo tenía la libertad de hablar de mí pero nadie se podía reunir conmigo en persona. Me quedé traspuesta». 

La joven también recuerda nítidamente el acto de conciliación por su denuncia por despido improcedente, al que no acudió la parte demandada. «Mi abogado me había avisado de que probablemente no serviría para nada y no acudiría nadie, pero pensé que si el ministro había hablado de mí y se había movido tanto mi caso, había esperanza de que se presentaran», recuerda apenada la médica, quien admite cierta «resaca emocional» por todo el periplo que ha tenido que pasar hasta alcanzar su plaza. «Dudo de si lo que he hecho ha servido de cara al futuro. Queda mucho por hacer y por pelear», concluye.