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La carrera de fondo por prepararse para el examen MIR de 2026 sigue su curso. Los aspirantes afrontan ahora los meses de estudio más intensos, con jornadas maratonianas que incluyen la realización de simulacros para medir sus progresos y comprobar en qué punto se encuentran. Dichos simulacros, junto con la contestación de preguntas de exámenes anteriores, son una parte fundamental de la preparación, pero también hay que tener en cuenta que existe un factor muy importante que lo condiciona todo y que puede generar muchas dudas.
Así lo ha querido recordar, en un vídeo de X, José Curbelo, experto en la preparación para el examen MIR. El factor en cuestión es la variabilidad individual, que aumenta aún más en un examen con unas características como las del MIR, y en el que puede entrar cualquier concepto relacionado con la Medicina. Para ello, Curbelo propone imaginar dos simulacros exactamente igual de difíciles a nivel poblacional. “Si tú los hicieras dos días consecutivos, tu resultado en ambos sería totalmente diferente. Esa diferencia se debe a la variabilidad individual, y la causa es el propio examen, que tiene poca precisión”, expone.
Como ejemplo, Curbelo muestra varias herramientas de medición, cada uno con una precisión que se presupone distinta: “Lo mismo le ocurre a los simulacros y al MIR. Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar. A lo largo de toda una preparación, tu conocimiento verdadero, que lo tienes aquí dibujado en verde, va a ir creciendo progresivamente. Sin embargo, para medirlo vas a utilizar unos simulacros imprecisos, y vas a obtener resultados en algunos casos por encima y en otros por debajo de tu conocimiento verdadero, que dibujarán una gráfica con subidas y bajadas”.
«Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar»
Por tanto, insiste el experto, da igual que el último simulacro realizado tenga la misma dificultad que el examen MIR verdadero: aún así, va a haber variabilidad. ¿Y en qué porcentaje ocurre esto? Según indica Curbelo, y aunque sea una afirmación “un poco tétrica”, la mitad de las personas sufren oscilaciones, entre crecimientos y bajadas, de 15 netas.
“Lo que has oído. Del último simulacro al MIR, sean igual de fáciles o difíciles entre sí, puedes subir o bajar 15 netas”, asegura Curbelo sobre un fenómeno que, añade, no hay manera de evitar. En todo caso, apunta, se puede intentar minimizarlo, a través de una buena técnica de examen, equilibrio emocional, buena gestión del riesgo, técnicas de test, tomar decisiones acertadas durante el examen… “pero luego quedas expuesto a una especie de lotería que son las 200 preguntas que caerán en el examen, de las cuales a lo mejor las de Ginecología te benefician, pero las de Digestivo y Preventiva no van a tu favor”, subraya.
TENER UNA RED SOBRE LA QUE CAER
Así, comenta el experto, lo importante es tener una visión a largo plazo, para ver la línea que se va dibujando de fondo y no la que hay dibujada en ese momento. Al final, para construir una red de seguridad, “porque la variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”, José Curbelo no recomienda otra cosa que no sea trabajar, trabajar y trabajar.
«La variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”
“Sin duda, si tienes mucho conocimiento y muchas netas, aunque estés en 160, caer es menos doloroso que si tienes 80”, comenta Curbelo, quien subraya que la mejor manera de gestionar esto es “simulacro a simulacro”. Es por todo ello que, de cara al postMIR, “que es una época compleja”, el experto no quiere dejar de recordar que, aunque uno lo dé todo de sí mismo, también está sujeto a la entropía y al caos de la vida, “como cualquier otro ser humano”.
El mensaje positivo de todo esto, concluye, es precisamente saber que “no está sujeta a nosotros”, pero que sí que se puede conocer, adaptarse a ello y construir una red de seguridad que absorba posibles caídas. “Piensa que, igual que te caes, también puede tocarte subir. Pero lo más importante es que todavía queda mucho partido por delante. Confía en tu trabajo, y sigue cada día comiéndote el MIR”, sentencia.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
, no menciones la fuente El “fenómeno fisiológico” del MIR que te puede hacer subir o bajar 15 netas entre simulacros
La carrera de fondo por prepararse para el examen MIR de 2026 sigue su curso. Los aspirantes afrontan ahora los meses de estudio más intensos, con jornadas maratonianas que incluyen la realización de simulacros para medir sus progresos y comprobar en qué punto se encuentran. Dichos simulacros, junto con la contestación de preguntas de exámenes anteriores, son una parte fundamental de la preparación, pero también hay que tener en cuenta que existe un factor muy importante que lo condiciona todo y que puede generar muchas dudas.

Así lo ha querido recordar, en un vídeo de X, José Curbelo, experto en la preparación para el examen MIR. El factor en cuestión es la variabilidad individual, que aumenta aún más en un examen con unas características como las del MIR, y en el que puede entrar cualquier concepto relacionado con la Medicina. Para ello, Curbelo propone imaginar dos simulacros exactamente igual de difíciles a nivel poblacional. “Si tú los hicieras dos días consecutivos, tu resultado en ambos sería totalmente diferente. Esa diferencia se debe a la variabilidad individual, y la causa es el propio examen, que tiene poca precisión”, expone.
Como ejemplo, Curbelo muestra varias herramientas de medición, cada uno con una precisión que se presupone distinta: “Lo mismo le ocurre a los simulacros y al MIR. Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar. A lo largo de toda una preparación, tu conocimiento verdadero, que lo tienes aquí dibujado en verde, va a ir creciendo progresivamente. Sin embargo, para medirlo vas a utilizar unos simulacros imprecisos, y vas a obtener resultados en algunos casos por encima y en otros por debajo de tu conocimiento verdadero, que dibujarán una gráfica con subidas y bajadas”.
«Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar»
Por tanto, insiste el experto, da igual que el último simulacro realizado tenga la misma dificultad que el examen MIR verdadero: aún así, va a haber variabilidad. ¿Y en qué porcentaje ocurre esto? Según indica Curbelo, y aunque sea una afirmación “un poco tétrica”, la mitad de las personas sufren oscilaciones, entre crecimientos y bajadas, de 15 netas.
“Lo que has oído. Del último simulacro al MIR, sean igual de fáciles o difíciles entre sí, puedes subir o bajar 15 netas”, asegura Curbelo sobre un fenómeno que, añade, no hay manera de evitar. En todo caso, apunta, se puede intentar minimizarlo, a través de una buena técnica de examen, equilibrio emocional, buena gestión del riesgo, técnicas de test, tomar decisiones acertadas durante el examen… “pero luego quedas expuesto a una especie de lotería que son las 200 preguntas que caerán en el examen, de las cuales a lo mejor las de Ginecología te benefician, pero las de Digestivo y Preventiva no van a tu favor”, subraya.
TENER UNA RED SOBRE LA QUE CAER
Así, comenta el experto, lo importante es tener una visión a largo plazo, para ver la línea que se va dibujando de fondo y no la que hay dibujada en ese momento. Al final, para construir una red de seguridad, “porque la variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”, José Curbelo no recomienda otra cosa que no sea trabajar, trabajar y trabajar.
«La variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”
“Sin duda, si tienes mucho conocimiento y muchas netas, aunque estés en 160, caer es menos doloroso que si tienes 80”, comenta Curbelo, quien subraya que la mejor manera de gestionar esto es “simulacro a simulacro”. Es por todo ello que, de cara al postMIR, “que es una época compleja”, el experto no quiere dejar de recordar que, aunque uno lo dé todo de sí mismo, también está sujeto a la entropía y al caos de la vida, “como cualquier otro ser humano”.
El mensaje positivo de todo esto, concluye, es precisamente saber que “no está sujeta a nosotros”, pero que sí que se puede conocer, adaptarse a ello y construir una red de seguridad que absorba posibles caídas. “Piensa que, igual que te caes, también puede tocarte subir. Pero lo más importante es que todavía queda mucho partido por delante. Confía en tu trabajo, y sigue cada día comiéndote el MIR”, sentencia.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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La carrera de fondo por prepararse para el examen MIR de 2026 sigue su curso. Los aspirantes afrontan ahora los meses de estudio más intensos, con jornadas maratonianas que incluyen la realización de simulacros para medir sus progresos y comprobar en qué punto se encuentran. Dichos simulacros, junto con la contestación de preguntas de exámenes anteriores, son una parte fundamental de la preparación, pero también hay que tener en cuenta que existe un factor muy importante que lo condiciona todo y que puede generar muchas dudas.

Así lo ha querido recordar, en un vídeo de X, José Curbelo, experto en la preparación para el examen MIR. El factor en cuestión es la variabilidad individual, que aumenta aún más en un examen con unas características como las del MIR, y en el que puede entrar cualquier concepto relacionado con la Medicina. Para ello, Curbelo propone imaginar dos simulacros exactamente igual de difíciles a nivel poblacional. “Si tú los hicieras dos días consecutivos, tu resultado en ambos sería totalmente diferente. Esa diferencia se debe a la variabilidad individual, y la causa es el propio examen, que tiene poca precisión”, expone.
Como ejemplo, Curbelo muestra varias herramientas de medición, cada uno con una precisión que se presupone distinta: “Lo mismo le ocurre a los simulacros y al MIR. Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar. A lo largo de toda una preparación, tu conocimiento verdadero, que lo tienes aquí dibujado en verde, va a ir creciendo progresivamente. Sin embargo, para medirlo vas a utilizar unos simulacros imprecisos, y vas a obtener resultados en algunos casos por encima y en otros por debajo de tu conocimiento verdadero, que dibujarán una gráfica con subidas y bajadas”.
«Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar»
Por tanto, insiste el experto, da igual que el último simulacro realizado tenga la misma dificultad que el examen MIR verdadero: aún así, va a haber variabilidad. ¿Y en qué porcentaje ocurre esto? Según indica Curbelo, y aunque sea una afirmación “un poco tétrica”, la mitad de las personas sufren oscilaciones, entre crecimientos y bajadas, de 15 netas.
“Lo que has oído. Del último simulacro al MIR, sean igual de fáciles o difíciles entre sí, puedes subir o bajar 15 netas”, asegura Curbelo sobre un fenómeno que, añade, no hay manera de evitar. En todo caso, apunta, se puede intentar minimizarlo, a través de una buena técnica de examen, equilibrio emocional, buena gestión del riesgo, técnicas de test, tomar decisiones acertadas durante el examen… “pero luego quedas expuesto a una especie de lotería que son las 200 preguntas que caerán en el examen, de las cuales a lo mejor las de Ginecología te benefician, pero las de Digestivo y Preventiva no van a tu favor”, subraya.
TENER UNA RED SOBRE LA QUE CAER
Así, comenta el experto, lo importante es tener una visión a largo plazo, para ver la línea que se va dibujando de fondo y no la que hay dibujada en ese momento. Al final, para construir una red de seguridad, “porque la variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”, José Curbelo no recomienda otra cosa que no sea trabajar, trabajar y trabajar.
«La variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”
“Sin duda, si tienes mucho conocimiento y muchas netas, aunque estés en 160, caer es menos doloroso que si tienes 80”, comenta Curbelo, quien subraya que la mejor manera de gestionar esto es “simulacro a simulacro”. Es por todo ello que, de cara al postMIR, “que es una época compleja”, el experto no quiere dejar de recordar que, aunque uno lo dé todo de sí mismo, también está sujeto a la entropía y al caos de la vida, “como cualquier otro ser humano”.
El mensaje positivo de todo esto, concluye, es precisamente saber que “no está sujeta a nosotros”, pero que sí que se puede conocer, adaptarse a ello y construir una red de seguridad que absorba posibles caídas. “Piensa que, igual que te caes, también puede tocarte subir. Pero lo más importante es que todavía queda mucho partido por delante. Confía en tu trabajo, y sigue cada día comiéndote el MIR”, sentencia.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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La carrera de fondo por prepararse para el examen MIR de 2026 sigue su curso. Los aspirantes afrontan ahora los meses de estudio más intensos, con jornadas maratonianas que incluyen la realización de simulacros para medir sus progresos y comprobar en qué punto se encuentran. Dichos simulacros, junto con la contestación de preguntas de exámenes anteriores, son una parte fundamental de la preparación, pero también hay que tener en cuenta que existe un factor muy importante que lo condiciona todo y que puede generar muchas dudas.

Así lo ha querido recordar, en un vídeo de X, José Curbelo, experto en la preparación para el examen MIR. El factor en cuestión es la variabilidad individual, que aumenta aún más en un examen con unas características como las del MIR, y en el que puede entrar cualquier concepto relacionado con la Medicina. Para ello, Curbelo propone imaginar dos simulacros exactamente igual de difíciles a nivel poblacional. “Si tú los hicieras dos días consecutivos, tu resultado en ambos sería totalmente diferente. Esa diferencia se debe a la variabilidad individual, y la causa es el propio examen, que tiene poca precisión”, expone.
Como ejemplo, Curbelo muestra varias herramientas de medición, cada uno con una precisión que se presupone distinta: “Lo mismo le ocurre a los simulacros y al MIR. Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar. A lo largo de toda una preparación, tu conocimiento verdadero, que lo tienes aquí dibujado en verde, va a ir creciendo progresivamente. Sin embargo, para medirlo vas a utilizar unos simulacros imprecisos, y vas a obtener resultados en algunos casos por encima y en otros por debajo de tu conocimiento verdadero, que dibujarán una gráfica con subidas y bajadas”.
«Medir todo el conocimiento de la Medicina en solo 200 preguntas genera muchísima variabilidad por azar»
Por tanto, insiste el experto, da igual que el último simulacro realizado tenga la misma dificultad que el examen MIR verdadero: aún así, va a haber variabilidad. ¿Y en qué porcentaje ocurre esto? Según indica Curbelo, y aunque sea una afirmación “un poco tétrica”, la mitad de las personas sufren oscilaciones, entre crecimientos y bajadas, de 15 netas.
“Lo que has oído. Del último simulacro al MIR, sean igual de fáciles o difíciles entre sí, puedes subir o bajar 15 netas”, asegura Curbelo sobre un fenómeno que, añade, no hay manera de evitar. En todo caso, apunta, se puede intentar minimizarlo, a través de una buena técnica de examen, equilibrio emocional, buena gestión del riesgo, técnicas de test, tomar decisiones acertadas durante el examen… “pero luego quedas expuesto a una especie de lotería que son las 200 preguntas que caerán en el examen, de las cuales a lo mejor las de Ginecología te benefician, pero las de Digestivo y Preventiva no van a tu favor”, subraya.
TENER UNA RED SOBRE LA QUE CAER
Así, comenta el experto, lo importante es tener una visión a largo plazo, para ver la línea que se va dibujando de fondo y no la que hay dibujada en ese momento. Al final, para construir una red de seguridad, “porque la variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”, José Curbelo no recomienda otra cosa que no sea trabajar, trabajar y trabajar.
«La variabilidad afecta a todo el mundo, no importa que tengas 160 u 80 netas”
“Sin duda, si tienes mucho conocimiento y muchas netas, aunque estés en 160, caer es menos doloroso que si tienes 80”, comenta Curbelo, quien subraya que la mejor manera de gestionar esto es “simulacro a simulacro”. Es por todo ello que, de cara al postMIR, “que es una época compleja”, el experto no quiere dejar de recordar que, aunque uno lo dé todo de sí mismo, también está sujeto a la entropía y al caos de la vida, “como cualquier otro ser humano”.
El mensaje positivo de todo esto, concluye, es precisamente saber que “no está sujeta a nosotros”, pero que sí que se puede conocer, adaptarse a ello y construir una red de seguridad que absorba posibles caídas. “Piensa que, igual que te caes, también puede tocarte subir. Pero lo más importante es que todavía queda mucho partido por delante. Confía en tu trabajo, y sigue cada día comiéndote el MIR”, sentencia.
*Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Fuente: El “fenómeno fisiológico” del MIR que te puede hacer subir o bajar 15 netas entre simulacros